A propósito de espejos en el espacio por el telescopio James Webb, y de la nueva convocatoria para el rediseño de libros de texto gratuitos, compartiré algunas reflexiones sobre mi experiencia como colaborador en el rediseño del año pasado. Hay varias observaciones que me gustaría hacer, pero eso extendería la idea general que tuve al comenzar a redactar esto.
Luego de haber pasado los filtros correspondientes, se me asignó un contenido de Ciencias Naturales de Sexto grado. El contenido fue microscopios, sus beneficios, tipos y desarrollo tecnológico. Este contenido ya se encontraba bastante estable en libros anteriores. Mi misión era generar algo novedoso con ello, o como dijeran los Profesionales de la Enseñanza, algo “Innovador para alumnos del siglo XXI”.
No tuve mucha libertad. Fue un primer obstáculo. El contenido y el año escolar no lo elegí yo. Los objetivos para el contenido ya estaban dichos. Aspectos transversales con otras asignaturas también ya estaban indicados, así como el número de sesiones, páginas y caracteres. Claro que de igual forma la estructura que deberíamos de seguir en cada nueva página. También sentí que me limitó la bibliografía. Se nos compartió específicamente una lista de textos y recursos que podríamos utilizar en caso de tener que emplear referencias.
El rediseño comenzaba a ser como tener que terminar un rompecabezas. Ya se sabía de él sus dimensiones, número de piezas e imagen resultante, sólo nos habían puesto a armarlo. Era tan estructurado el documento que me entregaron sobre el contenido a diseñar y tan poco esperado por mí abordar los microscopios, que por poco me pongo a hacer algo muy similar a lo hallado en libros pasados; abordar qué son los microscopios, sus inventores, sus tipos, qué permiten cada uno, quién los utiliza, decir que son importantes, identificar componentes y listo.
Pero quien me conoce un poco, sabrá que me interesa mucho la identificación de falsos problemas, el tema de las pseudociencias y su confrontación. Así que luego de ingeniármelas un poquito, decidí abordar el tema de los microscopios desde ahí. Contexto: estábamos pasando un muy mal momento con la pandemia por COVID-19. Los muertos iban en aumento, los hospitales se llenaban de enfermos, y la gente decía muchas estupideces al respecto.
Así que me propuse que los alumnos identificaran en el uso del microscopio la oportunidad de extender el sentido de la vista para sustituir por observación la intuición de fenómenos; que los alumnos usen científicamente la tecnología para identificar, confrontar y descartar falsas declaraciones.
Está bien que los alumnos conozcan qué es un microscopio, quién los inventó, qué tipos hay, cómo funcionan, los alcances de cada uno, quiénes los utilizan y cuáles son sus partes, pero, ¿Estamos seguros que eso será suficiente para desarrollar el anhelado “pensamiento crítico”? ¿Cómo hacerles pensar críticamente si no los enfrentamos a sentidos comunes, intuiciones y cosas que la gente de su comunidad dice? Enseñar la infinita tolerancia a las opiniones a pesar de los hechos, no desarrolla pensamiento crítico. Y por el contrario, disminuir nuestra tolerancia a las opiniones a pesar de los hechos, no vuelve agresiva a la gente, como pensarían los humanistas.
Entonces mi plan fue hablar sobre nuestros sentidos, cómo estos nos permiten conocer el mundo y las limitaciones que tenemos luego de que el ojo, por ejemplo, ya no puede mirar cosas ni tan lejos ni tan de cerca. ¿Qué sucede cuando queremos explicar la ocurrencia de un fenómeno, el cambio de un estado a otro, pero que no podemos testificar cómo ocurre? Normalmente nos inventamos respuestas animando el mundo. Sólo en la medida en que podamos testificar mejor los hechos y sus cambios, podremos cambiar a mejores respuestas; cada vez menos animadas y cada vez más naturales.
Aquellas respuestas más primitivas las mantenemos por tradición y comodidad. Dan sentido a nuestra vida y llegan a ser parte importante de nuestra cultura. Pero algunas podrían poner en riesgo nuestra salud. Especialmente si lo que no estamos viendo son virus letales para la vida humana. ¿Qué pasa si no podemos ver el virus letal? Pues muy posiblemente no podremos poner todas nuestras energías y recursos a la búsqueda de una solución eficaz. ¿Qué más? Seguiremos animando el mundo o utilizando respuestas falsas, pseudocientíficas y mágicas.
Recordemos que, en la antigüedad, justo debido a malos procedimientos de esterilización y falta de tecnología microscópica, la creencia en la generación espontanea de la vida seguía vigente. Médicos y químicos del momento, luego de supuestamente limpiar una zona, daban cuenta cómo días después ocurría una infección o surgía una colonia de vida diminuta. Les faltaba el microscopio para darse cuenta que realmente no habían nunca limpiado correctamente la zona, que sus ojos les habían engañado, y que la vida que surgía días después, no era nueva vida ni espontánea, sólo la reproducción de organismos sobrevivientes a sus malos procedimientos de limpieza. Fue el microscopio quién ayudo a mejorar los procedimientos de esterilización, a disminuir las infecciones y las muertes, así como el gran iniciante de la caída de la generación espontánea y de quienes se mantenían de ella, por ejemplo, la iglesia.
La generación espontánea no fue cosa menor. Fue una postura acerca del origen de la vida que dio por muchísimo tiempo sentido a la existencia humana, pero que la “simple” extensión de la vista con el uso de una tecnología como es el microscopio, cambió nuestro lugar en el mundo y cómo concebimos a éste. Imagínense la cantidad de gente que se pudo llegar a oponer al nuevo descubrimiento, cuánta gente se molestó y fue atacada por el choque de ideas. A ninguna de ellas se le tuvo que respetar o tolerar su opinión a pesar de los hechos. Tuvieron que seguir viviendo engañados, algunos quizá murieron a efecto de su ignorancia y otros simplemente tuvieron que aceptar la evidencia.
Hoy día algunas ideas nos resultan normales y sencillas. Pero aún así, seguimos escuchando y posiblemente alimentando estupideces. Lo que ocurrió durante el inicio de la pandemia por Covid-19 quedará en los libros de historia para evidenciar lo equivocados que podemos llegar a estar cuando no estamos acompañados de ciencia y tecnología.
Pregunto, ¿Qué creen que pudo haber desarrollado mejor el “pensamiento crítico”? ¿Enfatizar en concepto, tipos, usos, partes del microscopio o en los problemas contraintuitivos que nos ayuda a resolver? Sería bastante bueno estudiar la historia de las disciplinas científicas. En ellas se encuentra bastante material rico para pensar críticamente. Pienso que la historia política no es la única ni la más importante historia que deba ser estudiada en la escuela. Estoy seguro que sería más fructífera la historia del progreso científico/de la ciencia.
Lamentablemente no puedo compartir con ustedes las páginas del contenido que diseñé. Firmé un acuerdo de confidencialidad que no me permite compartir la secuencia didáctica tal cual quedó. Otra cosa por lamentar es que ese libro nunca verá la luz. Los resultados de la convocatoria no fueron tomados enserio. Así se las gasta SEP siempre.
Convocatoria 2022: https://dgme.sep.gob.mx/.../Convocatoria_innovacion_2022.pdf
No hay comentarios.:
Publicar un comentario